Muela del juicio retenida

Las molestias a nivel de los cordales, popularmente conocidos como muelas del juicio o terceros molares, son muy frecuentes. Las muelas del juicio erupcionan entre los 17 y los 21 años de media pero, en un alto porcentaje de casos, no pueden hacerlo, al no existir espacio suficiente en la arcada, y quedan retenidas dentro del hueso.

¿Por qué presenta tantos problemas de falta de espacio?

Nuestros antepasados tenían maxilares mucho más grandes, con lo que las muelas del juicio erupcionaban sin ningún problema de espacio. Con la evolución de la especie, los maxilares van siendo cada vez más pequeños y, alojar los cordales, constituye habitualmente un problema.

«Un 90% de la población presenta actualmente problemas para ubicar las muelas del juicio.»

De hecho, existe ya un importante porcentaje de personas a las que los cordales ni siquiera se les forman (este tercer molar está tendiendo a desaparecer de manera natural).

¿A qué se debe el dolor de la muela del juicio?

A pesar de quedar retenidas, las muelas del juicio, de forma periódica, hacen presión para intentar erupcionar . De este modo, las molestias que nos ocasionan también suelen ser periódicas. Nos duelen una temporada y luego parece que se alivia, dejándonos de molestar durante un tiempo. A veces, las molestias no las localizamos directamente a nivel de los cordales, sino que es muy frecuente referir dolor de cabeza, de la articulación témporomandibular, del oído, o a nivel de algún otro molar.

En estos casos, es fundamental acudir al odontólogo y valorar la situación con ayuda de una radiografía o de un Scanner. En el caso de confirmarse que la muela de juicio está impactada, es necesario extraerla cuanto antes para evitar problemas importantes.

¿Qué problemas puede provocar?

Una muela del juicio sin espacio, mantenida mucho tiempo, puede ocasionarnos:

• El apiñamiento de los dientes anteriores.
• La reabsorción de la raíz del molar anterior a ella, con la consiguiente pérdida del mismo.
• Infección a nivel de la zona donde se encuentra alojada, traduciéndose en el clásico flemón que todos tenemos «in mente» y que, en algunas ocasiones, puede degenerar en problemas graves de salud.

«Los problemas derivados de una muela del juicio impactada son siempre mayores en la arcada inferior que en la superior.»

Por todo esto, es importante la extracción de las mismas lo antes posible, una vez conocido el problema, para evitar males mayores.

Cirugía maxilofacial de la muela del juicio

En estos casos, la extracción debe realizarse por el cirujano oral o maxilofacial, ya que es necesaria una pequeña incisión para llegar hasta el cordal retenido. La intervención se puede realizar con anestesia local y no produce ninguna molestia durante la intervención. La cirugía de las muelas del juicio superiores es más sencilla que la de las inferiores, con lo que el postoperatorio también será mucho más leve.

El postoperatorio puede ser un poco molesto (sobretodo en las extracciones de cordales inferiores). Suele existir inflamación de la zona, que persiste durante aproximadamente 7-10 días y una ligera molestia, totalmente controlable con un antiinflamatorio tipo ibuprofeno. Cuando existía infección previa a la extracción, deberemos continuar con el antibiótico prescrito previamente a la cirugía maxilofacial de la muela del juicio, los días que el odontólogo nos indique, una vez extraído el cordal.

Durante la convalecencia, es importante tener una higiene correcta para evitar infecciones posteriores a la cirugía maxilofacial de la muela del juicio, así como seguir una dieta blanda hasta que la zona comience a cicatrizar. Asimismo, es importante que los alimentos ingeridos sean fríos o a temperatura ambiente, pero nunca calientes.

El cirujano citará al paciente habitualmente a la semana de la intervención para retirarle los puntos y valorar la evolución de la cicatrización.