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La primera visita del niño al dentista

la primera visita del niño al dentista
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Cómo se desarrolle la primera visita del niño al dentista es fundamental para la futura relación odontólogo-paciente. Una primera visita agradable, que deje en el pequeño un buen recuerdo conseguirá que esa personilla se ocupe el resto de su vida de cuidar su salud bucal.

¿A qué edad debe tener lugar la primera visita del niño al dentista?

Debemos tener en cuenta que para un niño, enfrentarse a cosas nuevas y desconocidas siempre es una situación estresante y, en ocasiones, incluso traumática. Por ello, lo más importante es que la primera visita del niño al dentista se produzca lo antes posible. Lo ideal es que tenga lugar en torno a los dos años y que no se asocie a ningún tipo de tratamiento. Lo mejor es que sean simples visitas de revisión, donde sólo nos ocuparemos de que el niño se familiarice con la clínica dental: el sillón dental y sus movimientos, el material que utiliza el odontólogo para explorar su boca, el personal auxiliar de la clínica que harán sentirse al niño seguro y a convertir la visita en algo divertido.

¿Con qué frecuencia debe acudir el niño al dentista?

Lo más adecuado es realizar al niño dos visitas al año. En ellas revisaremos su salud dental (si existe alguna caries) y valoraremos sus hábitos alimenticios y de higiene dental.

Es importantes enseñar al pequeño, así como a los padres, cuáles son los alimentos que pueden protegerles de la caries y cuales son los que deben evitar. Para ello, es muy importante utilizar una forma de hablar y explicar las cosas que el niño pueda entender fácilmente. Apoyarnos, además de en las palabras, en dibujos o muñecos que puedan ilustrar lo que intentamos trasmitirles es de gran ayuda.

Asimismo, las higienistas de nuestro equipo instruirán al niño en una correcta técnica de cepillado. Deberemos hacerlo «jugando» y recomendar a los padres un dentífrico adecuado a la edad del peque (siempre después de los dos años. Antes, utilizar el cepillo sin pasta).

Debemos explicar también a los padres que se debe comenzar a limpiar la boca incluso antes de que haya comenzado a salir el primer diente, ya que los azúcares de la leche pueden producir caries muy precoces. Lo harán con una gasa húmeda en agua, pasándola suavemente por las encías después de cada biberón.

La ingesta de flúor es importante hasta los 6-7 años, para reforzar el esmalte de los dientes que se están formando todavía dentro del hueso. A partir de esa edad, recurriremos a las aplicaciones de flúor tópico en vez del ingerido en comprimidos.

En las visitas sucesivas de revisión controlaremos también la erupción dentaria del pequeño, que todos los dientes erupcionen con normalidad y en el lugar adecuado, así como las posibles alteraciones que pudieses¡n existir en el desarrollo óseo de los maxilares.

El control del miedo al dentista

Como ya hemos comentado, es muy importante que la primera visita del niño al dentista sea para él una experiencia divertida. Es importante contar con la ayuda de los padres para que esto continúe siendo así. No servirán de nada nuestros esfuerzos si no contamos con la complicidad de los padres. Debemos explicarles que deben evitar frases como «si comes muchas chucherías, tendrás que ir al dentista, ya verás» o «si no te cepillas, tendrás caries y el dentista tendrá que pincharte». https://www.clinicadentallarranaga.com/blog/miedo-al-dentista/

Sólo así, conseguiremos establecer una relación sana y satisfactoria entre el niño y el dentista que permanecerá el resto de su vida. https://www.clinicadentallarranaga.com/clinicas-dentales-en-el-sur-de-madrid/

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