La idea de que la ortodoncia era una cosa de niños ha pasado a la historia. Cada vez más, sentimos la necesidad de tener una sonrisa agradable y bella. Conseguirlo, nos aportará una mayor seguridad en nosotros mismos, tanto en lo profesional como en lo personal.

Así, con la mayor demanda de ortodoncia en la población adulta, han aparecido muchos sistemas de brackets nuevos que buscan principalmente mejorar la estética y reducir el tiempo de tratamiento.

«Los brackets no son otra cosa que pequeños dispositivos adheridos de forma temporal a los dientes, a los que adaptamos el arco, que es el elemento activo, es decir, el que mueve los dientes a su posición correcta.»

Los brackets linguales, a diferencia de los demás brackets que encontramos actualmente en el mercado: metálicos, estéticos y autoligables, se colocan en la cara interna de los dientes y, por lo tanto, son invisibles desde fuera. Los arcos de la ortodoncia lingual también tienen una forma diferente y están diseñados para adaptarse a la peculiar anatomía de las caras internas de los dientes.

A pesar de ser problablemente, el sistema de ortodoncia más estético que existe hoy en día, su uso no está tan extendido como cabría pensar ya que, a pesar de las ventajas estéticas que ofrece, la ortodoncia lingual presenta claras desventajas frente al resto de sistemas.

Ortodoncia lingual: Desventajas

• Se necesita una técnica muy precisa para cementar los brackets, manteniendo perfectamente aislados los dientes del contacto con la saliva, con lo que esta cita será más laboriosa que con brackets convencionales y más incómoda para el paciente.

• Las citas en el ortodoncista serán mucho más largas que con ortodoncia convencional. Es una técnica mucho más laboriosa para el profesional. Esto implica a su vez, que el profesional que realice nuestro tratamiento, debe ser altamente experimentado en este sistema para que éste finalice con éxito.

• Producen muchas rozaduras en la lengua, al ser colocados en la cara interna, haciendo difícil la adaptación al paciente en las primeras etapas del tratamiento.

• La higiene también está más dificultada al no poder visualizar bien los brackets y, el acúmulo de sarro que se produce habitualmente en los brackets de los dientes anteriores inferiores, hace a veces difícil el manejo por el ortodoncista, requiriendo casi en cada cita el uso de ultrasonidos para remover el sarro depositado sobre los brackets antes de intervenir.

• Durante el periodo de adaptación, puede estar dificultada la pronunciación de determinados sonidos.

• Una de las desventajas más notables frente a otros tratamientos es el precio; bastante superior al de los brackets convencionales e, incluso, al de los autoligables.

Así, en nuestra opinión, y admitiendo sus ventajas estéticas, consideramos que actualmente existen otros sistemas de ortodoncia muy estéticos que conllevan un manejo mucho más sencillo. Esto, a su vez, repercutirá en una menor incomodidad para el paciente tanto en las rozaduras o dificultades en el habla que se producen en la etapa de adaptación, así como en la higiene, muy complicada durante todo el tratamiento.

Por otro lado, el precio también será menor, al no requerirse citas tan largas y reducirse la complejidad de manejo para el profesional que realice el tratamiento.