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Más de un tercio de la población ronca, pero un porcentaje muy elevado no sabe que el ronquido puede ser indicador de un serio problema para la salud: El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño. Por ello, más del 85% de los afectados están sin diagnosticar.
¿Qué es el Sindrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS)?
La apnea es una paralización total de la respiración durante más de diez segundos, pudiendo a durar hasta dos minutos, que provoca un colapso del paso del aire hacia los pulmones. Si la situación persiste, se producen pequeños despertares (microdespertares o arousales) que hacen posible que los músculos vuelvan a funcionar y se restablezca la respiración con un fuerte ronquido o con un sonido similar a un atragantamiento. Este ciclo se puede repetir cientos de veces durante la noche sin que la persona sea consciente de ello.
Los episodios de apnea provocan una disminución de los niveles de oxígeno en sangre, lo que a su vez hace que el corazón tenga que bombear la sangre más rápido, provocando un aumento de la tensión arterial y, por consiguiente, del riesgo cardiovascular.
¿Qué problemas puede causar la Apnea Obstructiva del Sueño?
El síndrome de la apnea obstructiva del sueño puede causar:
- Sensación de sueño durante el día.
- Dolor de cabeza.
- Cansancio y problemas de concentración.
- Depresión.
- Irritabilidad.
- Impotencia.
- Aceleración del ritmo cardiaco.
- Hipertensión arterial.
- Riesgo de accidentes cardiovasculares.
- Muerte súbita.
¿Cómo podemos saber si padecemos el SAOS?
Existe un sencillo test, la escala de somnolencia de Epworth, que nos orientará sobre la posibilidad de que padezcamos apnea del sueño.
¿Cómo se diagnostica el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño?
Hoy en día el diagnóstico del Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño se puede realizar cómodamente en el propio domicilio del paciente gracias a unos pequeños dispositivos que nos grabarán todas las incidencias que ocurran durante la noche: el número de apneas e hipoapneas, clasificándolas en obstructivas, centrales o mixtas, el nivel de oxígeno en sangre y la frecuencia cardiaca.
El especialista le explicará como debe colocarse el dispositivo al acostarse y como ponerlo en marcha. Al día siguiente, no tiene más que llevarlo a la consulta.El profesional volcará los datos en el ordenador, a partir de los cuales realizará el informe adecuado. Posteriormente, le citará para explicarle detalladamente los resultados e informarle de las posibilidades de tratamiento, en el caso de que éste sea necesario.
¿Cómo se puede tratar?
El tratamiento a realizar dependerá del diagnóstico, que debe ser siempre realizado por facultativo con experiencia en apnea del sueño.
Los casos leves y moderados, que son la mayoría, podrán ser tratados con sencillos dispositivos intraorales (conocidos como DAM o, popularmente, como aparatos para no roncar) fabricados a medida para cada paciente y que se utilizarán únicamente para dormir. Existen multitud de diseños diferentes, pero todos ellos tienen en común que mantienen al paciente con la mandíbula desplazada hacia delante, lo cual permite aumentar el diámetro de la vía aérea. Así, evitaremos que el paciente ronque y haga apneas durante la noche.
En los casos graves estos dispositivos ya no serán suficientes y deberemos recurrir a la CPAP. Este dispositivo libera una corriente constante de aire bajo presión ligera que, a través de un tubo, llega hasta la mascarilla que el paciente se coloca en la nariz o en la nariz y la boca, manteniendo la tráquea abierta durante el sueño.
«La apnea del sueño tiene solución. Si crees que puedes padecer SAOS, acude a nuestro centro y te informaremos sin compromiso de los pasos a seguir para hacer el diagnóstico de tu caso.»